Si pudiéramos volver al siglo XVI y pasear por los campos de Euskadi, disfrutaríamos de la vista de numerosos hórreos o Garaixes, antiguamente muy habituales en los caseríos de los valles orientales vizcaínos y de los que hoy prácticamente no queda ninguno.
Los garaixes eran edificaciones anexas a los caseríos tradicionales elevadas sobre pilares donde guardar trigo, frutas y carnes para proteger los alimentos de los animales y de la humedad y representaban también el prestigio social de la familia que lo poseía.
El Garaixe de Astei, construido en madera de alerce a imitación de los originales, es una acogedora casita de 35 metros cuadrados con cocina y baño integrados ideal para parejas que quieran disfrutar de este edificio singular. En las estanterías de roble y en sus paredes, colecciones de platos antiguos decoradas con escenas de caseríos y tazas con diferentes motivos vascos evocan épocas antiguas.
Una habitación elevada decorada con las ilustraciones del dibujante y académico Erramun Landa, decoran sus paredes invita a disfrutar del patrimonio cultural de Euskadi. En la parte inferior, una terraza privada rodeada de árboles es el lugar idóneo para absorber los sonidos y aromas de un entorno natural.