Casa tranquila en un antiguo patio árabe, en el casco histórico de Vejer de la Frontera. Convertida en un confortable hogar de dos plantas, con un baño, dos dormitorios, salón, cocina-comedor y una amplia azotea con vistas al casco antiguo del pueblo y a la laguna de La Janda, con las mayores concentraciones de aves migrantes de Europa. La casa fue un molino de aceite durante el reinado nazarí. La restauración del inmueble se hizo con materiales de madera y barro marroquí, siguiendo las pautas marcadas por el Departamento de Cultura de la Junta de Andalucía. Hay restos arqueológicos en el patio que se pueden situar entre los siglos X, XI. En uno de los dormitorios se conservan seis tinajas de barro insertadas en el suelo donde se almacenaba el aceite de esta almazara.