Nos sentimos como en casa. Jacqueline y Marc, súper amables, encantadores y buena gente. La casa tiene todo lo necesario para sentirte muy cómodo. Nos ha faltado tiempo para disfrutar más del entorno. Un placer salir de la casa y escuchar el sonido del río tan próximo. Arreau, pueblo precioso, y para hacer excursiones, el emplazamiento perfecto. Han sido 3 noches, y se nos ha hecho muy corto. Termino como el titulo: ¡¡No nos queríamos ir¡¡ . PD. Simba (cocker), tampoco.