El pueblo de Ribeauvillé, y en concreto la casa de Veronique Spitz nos ha parecido un lugar muy adecuado para conocer Alsacia. El pueblo es de los más bonitos de la región ya que todo él conserva sus construcciones históricas, sin apenas edificios nuevos. Y la casa resulta cómoda y bien equipada para 8 personas. Además, Veronique nos proporcionó buenas informaciones prácticas y turísticas para nuestra estancia, además de estar atenta a cualquier cosa que pudiéramos necesitar.