El apartamento nos sorprendió agradablemente por lo bien que estaba puesto todo, decoración muy acogedora y con muy buen gusto, limpieza, comodidad.
La comunicación con Mairi, la propietaria, fue muy fluida.
Cuando las cosas están tan bién, poco hay que añadir.
En contra, la lejanía del centro, pero en nuestro caso era una ventaja. Al ser cinco, nos moviamos en taxi. Cinco minutos a cualquier sitio de Edimburgo.
Barrio muy típico y agradable.