Es difícil elegir un favorito entre muchas características atractivas de Altagracia. ¿Es la enorme piscina, adecuado igualmente para salpicar lúdica y pacífica flotante? O las cubiertas sin fin, desde el que disfrutará de las más impresionantes puestas de sol de tu vida? Tal vez la brisa rincón poco hamaca donde se va a dormirse contemplando a través del Mar Caribe? Como hemos dicho, es difícil elegir.
Alojarse en Altagracia es como hacer un nuevo amigo, uno de los que te sientes como que has conocido durante años, incluso si sólo han pasado unos pocos días. Caminando por la puerta principal, se sentirá como en casa, rodeado de muebles cómodos y encanto de la isla. Las cuatro suites de un dormitorio son privadas y de lujo, y con capacidad para ocho personas. No importa qué parte termina siendo su favorito, que nos dejará Altagracia sabiendo que has cometido un amigo de por vida.