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5/5 Excelente
Roberto V.
14 de noviembre de 2013
One way to heaven
Una pequeña joya se encuentra a buen resguardo entre los pueblos de binisalem y alaro, ubicada en un enclave de naturaleza y belleza se haya este palacio rural. Desde el aeropuerto son unos 25 min aproximadamente. Llegamos el jueves dia 7 de noviembre en un dia caluroso a esta propiedad, escoltados por la propietaria que desde el inicio se deshizo por y para nosotros, cesta de frutas, casa impecablemente limpia, ayuda en todo momento, es lo primero que recibimos. Pocas veces ocurre que uno recibe mucho mas de lo que espera y esta es una de esas veces, habitaciones amplias muy bien iluminadas, techos altos, chimenea funcional, servicios adecuados, menaje mas que suficiente etc etc. Una extensa piscina extremadamente limpia yace enfrente de la casa rodeada de arboles frutales bien conservados donde los propietarios recogen sus frutos y los elaboran, muestra de ello es el excelente membrillo casero que degustamos. El encanto de la casa solo es comparable a la experiencia de vivir en ella, noches al ritmo del crepitar del fuego acompañadas de un ambientes relajado y silencioso pero familiar a la vez es lo que disfrutamos por la noche, desayunos majestuosos desde la cocina donde la vista solo alcanza a ver naturaleza, paseos por la finca bajo el sol templado del ocaso, recojida de leña al mas puro estilo tradicional, vivir la naturaleza y la compañía son algunas de las cosas que este paraiso rural ofrece. De las habitaciones reformadas solo puedo elogiar el buen gusto en la decoracion y la comodidad de las mismas. Gracias Cati (propietaria) por permitirnos disfrutar de esta experiencia. Recomendaria totalmente esta finca oara familias y grupos de amigos que busquen los placeres de la tranquilidad. Recomiendo ir a binisalem caminando desde la casa (20 min) los viernes para difrutar del mercadillo local y de un buen desayuno en la plaza del pueblo.