La casa rural el palomar de la cuesta se encuentra en pleno centro del casco histórico de Lerma en la calle la cuesta número 11, entre las dos arterias principales de la villa ducal, la calle Mayor y la calle Larga.
EL PALOMAR
El palomar de la cuesta es una casa típica castellana en la cual se ha restaurado totalmente artesanalmente utilizando materiales de primera calidad y autóctonos de la rivera del Arlanza destacan entre ellos, el ladrillo galletero tipo Lerma, el adobe de Santa Inés, las Piedra del Risco ó el canto rodado del soto de Ruyales.
VIVIR EN EL PALOMAR
Consta de tres plantas, con una decoración funcional y acogedora hace que la estancia en el palomar de la cuesta sea un recuerdo que perdure en el tiempo. Totalmente equipada, con calefacción central, dispone de cuatro habitaciones tres de ellas con dos camas y una con cama de matrimonio. Las dos habitaciones de la última planta disponen de aire acondicionado, no es frecuente que haga calor en Lerma pero por si acaso… Tiene dos baños uno por planta y un aseo en la parte inferior donde se encuentra el salón comedor, con chimenea, cocina equipada con todos los electrométricos actuales pero con ese toque típico de antaño. En la parte posterior dispone un patio típico castellano, donde hacer largas las tertulias de verano y una gran barbacoa lista para ser utilizada al igual que las sala de estar con juegos de mesa, biblioteca y una gran videoteca.
UN POCO DE HISTORIA
El edificio originario de finales del siglo IXX era propiedad de la familia Guerra, y era el típico de familia humilde labriega castellana. La parte inferior de la casa era utilizada para guardar el ganado en las cuadras como machos, mulas, ovejas, gallinas etc... Estos trasmitían calor a la parte superior de vivienda donde residían los labradores. En la parte posterior de la vivienda había un gran palomar que surtía durante todo el año de un manjar para el paladar en aquellos tiempos de la hambruna como eran los pichones. Aunque durante los trabajos no se puede dejar en pie, el palomar le rescatamos para dar nombre al establecimiento junto a la calle donde esta emplazado “el palomar de la cuesta”. A mediados del siglo XX paso a manos de Luis Pérez “el Lagunero”, más tarde a la familia Pérez Gutiérrez que finalmente la vendió a los actuales propietarios la familia Alonso Macua, quien ha restaurado el edificio y dirige el negocio.